martes, 9 de diciembre de 2008

7.- Procedimientos de evaluación del aprendizaje del alumnado.

Según dispone el artículo 20 de la Orden de 1 de Julio de 2008 del Departamento de Educación del Gobierno de Aragón de Currículo del Bachillerato, se indican las líneas por las que se procede a evaluar los aprendizajes y el proceso de enseñanza en este nivel (en este caso para la asignatura de Economía y Organización de Empresas)


Objeto:


Valorar del nivel de progreso y grado de conocimientos adquiridos por el alumnado

Establecer pautas y criterios de mejora de la enseñanza

Concreción y desarrollo de currículos y atención a la diversidad


Características de la evaluación del aprendizaje:


Continua que permita constatar los progresos de cada alumno

Formativo para orientar los procesos de enseñanza-aprendizaje en línea con los objetivos.

Diferenciado por materias dentro de un saber integrado


Coordinación con los criterios de evaluación:


La evaluación de la materia debe ser coherente con los criterios de evaluación reseñados en el punto 4 de esta programación.

Para garantizar la objetividad en el proceso de evaluación los contenidos y criterios de evaluación exigibles para la superación de la materia serán públicos.

Para lograr el objetivo de diferenciación dentro del saber integrado, el equipo docente (profesor, tutor y en su caso el dep. de orientación) valorará la evolución del alumno en el conjunto de materias dentro de los objetivos del Bachillerato y proyectando una labor de orientación académica-profesional.


Autoevaluación:


Los profesores también evalúan su propio proceso de enseñanza y práctica docente.

Así también se evalúan el Proyecto Curricular, las Programaciones Didácticas, el Desarrollo del Currículo y su adecuación a las necesidades y características del alumnado del centro.


Desarrollo:


El papel de la evaluación consistirá en dar tanto al profesor como a los alumnos la posibilidad de determinar reajustes y planteamientos del trabajo con el fin de asegurar un aprendizaje eficaz, teniendo siempre en cuenta los distintos niveles que se pueden encontrar en un mismo grupo de alumnos.


La evaluación debe ser un proceso continuo y en este proceso, no sólo se debe tener en cuenta el trabajo, el progreso o el conocimiento de los alumnos, sino además los procedimientos utilizados, las tareas que se han llevado a cabo, los materiales usados o que se han producido, la conveniencia de los contenidos, la actuación y participación tanto de estudiantes como del profesor, la contribución del profesor al proceso de aprendizaje, el aprendizaje adquirido, las habilidades y aptitudes desarrolladas, el logro de los objetivos, el grado de consecución de requisitos previos, etc.


De este modo, la evaluación es un proceso de responsabilidad compartida con el fin de utilizar el mayor número de instrumentos y procedimientos que ofrezcan una información fiable sobre la marcha eficaz del proceso de aprendizaje. Si el resultado no es satisfactorio, se deben hacer modificaciones y adoptar nuevos procedimientos. No debemos olvidar que lo esencial no es qué se aprende sino como se aprende.


El alumnado debe ser parte activa de la evaluación, ser consciente y responsable de su propio proceso de aprendizaje y saber en cada momento lo que se espera de él. La autoevaluación debe ejercitar la reflexión y el sentido crítico en relación con su aprendizaje y el trabajo realizado en el aula.


La evaluación nos sirve para conocer el grado de progreso alcanzado por los alumnos en relación con los objetivos propuestos, sirve también para determinar si la enseñanza ha sido adecuada o no para alcanzar dichos objetivos. Esta función de regulación del proceso global de enseñanza y aprendizaje exige que la evaluación esté siempre presente en la actuación docente como parte integrante de la misma. No puede reducirse a una situación aislada en la que se realizan pruebas, sino que es preciso reflexionar a menudo sobre lo que se está haciendo. Requiere también que sea personalizada y referida al alumno en su desarrollo peculiar, aportándole información sobre lo que realmente ha progresado respecto de sus posibilidades.


Objeto de Evaluación del Proceso de Aprendizaje del Alumno


Los objetivos generales que aparecen en el punto 2 de esta programación didáctica, establecen las capacidades que los alumnos han de ir desarrollando a lo largo del curso respecto de los grandes núcleos de contenido (la empresa y su ámbito externo, estrategias y políticas empresariales, problemas financieros, etc.) Aunque constituyen la referencia más importante de las intenciones educativas, su nivel de generalidad no nos permite utilizarlos como referente directo para la evaluación considerados de forma aislada.

Por su parte la función principal de los contenidos es concretar los conocimientos que deben adquirir los alumnos, incluyendo conceptos, procedimientos y actitudes, y, por consiguiente, la evaluación deberá atender al aprendizaje alcanzado en relación con estos tres tipos de contenidos. Estos son los señalados en el punto 3 de esta programación didáctica.


Al igual que los objetivos generales, los criterios de evaluación del punto 4 de esta programación señalan capacidades que se pretenden desarrollar, pero precisando más el tipo y grado de aprendizaje y, por tanto, ofreciendo más pistas para la evaluación. Además de añadir concreción a las intenciones educativas, llaman la atención sobre aquellos contenidos que se consideran esenciales en la materia.


Dentro de este proceso de concreción de las intenciones educativas, en cada una de las Unidades didácticas se establecen los referentes más claros y precisos para la evaluación, nos estamos refiriendo a los objetivos didácticos de cada una de tales unidades. En ellos se concreta lo que pretendemos alcanzar con los aprendizajes propios de la U.D. En ambos casos, criterios de evaluación y objetivos didácticos, se trata de objetivos expresados en términos de capacidades a desarrollar. La diferencia está en que los criterios de evaluación se pretenden conseguir a lo largo del curso y a través de los contenidos más esenciales de la materia, mientras que en los objetivos didácticos de una U.D. se tratará de alcanzarlos en el periodo previsto para ella y a través de los contenidos propios de la misma.


Sistemas de evaluación del proceso de aprendizaje


Por ello, es necesario utilizar técnicas variadas de evaluación. A continuación señalamos los instrumentos y técnicas de evaluación que seguiremos.


Trabajos escritos (informes, resolución de ejercicios, comentarios de texto, pequeños trabajos de investigación), individualmente o en grupo, acerca de las actividades realizadas.


La observación directa
del trabajo en clase deberá ser realizada de forma sistemática y tendrá en cuenta tanto los avances como las dificultades propias de cada fase de la programación.


Las pruebas escritas o exámenes que pueden ser útiles para determinados contenidos, pero deben siempre complementarse con los anteriores instrumentos.


Periodificación en la evaluación

Según las características del momento en que se realiza o por el objetivo que se persigue, planteamos diversas modalidades de evaluación.


La evaluación inicial cumple una función de diagnóstico al proporcionarnos información acerca de la situación del alumno al comienzo de un periodo de enseñanza. No se trata sólo de conocer si los alumnos dominan o no unos conocimientos, sino de analizar a su vez cómo lo hacen, cuáles son sus errores e ideas previas, etc.


La evaluación formativa tiene por objeto recoger la información a lo largo del proceso de enseñanza para valorar los progresos y dificultades de los alumnos y, en consecuencia, ajustar la ayuda pedagógica a sus necesidades.


La evaluación sumativa tiene por objeto determinar en qué grado se han alcanzado los aprendizajes al final de un periodo de enseñanza (una unidad, un trimestre, un curso, etc.) en función de los objetivos establecidos y los contenidos trabajados.


Evaluación del propio proceso de enseñanza

El objeto de evaluación es el análisis del resultado de la evaluación de los alumnos, si han adquirido los conocimientos mínimos exigidos, si los objetivos globales de la asignatura y los del bachiller se han logrado.

Otros docentes deben apoyar este proceso de evaluación del profesorado, dentro del propio departamento a poder ser.


Dado que en 2º de Bachiller también se debe preparar al alumno para las pruebas de acceso a la Universidad es otro indicador interesante el de la valoración de las calificaciones de los propios alumnos.

Finalmente este proceso debe valorar los aspectos de la intervención del proceso que han favorecido el aprendizaje para potenciarlos o en su caso cambiarlos o mejorarlos.

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